Que hacer ante posibles alteraciones psicológicas que surjan en cuarentena

23.04.2020

Actualmente estamos viviendo una situación que no se experimentaba desde principios del siglo XX, una pandemia a nivel mundial, la cuál no solo está cambiando la manera de relacionarse y poniendo en evidencia la estructura social, sino que también esta afectando psicológicamente a un elevado porcentaje de la población que no presentaba trastornos previos, entre ellos encontramos profesionales sanitarios, trabajadores que se encuentran en activo y personas confinadas en sus hogares.

La desinformación, la impotencia por no poder actuar, la idea previamente formada de como puede desarrollarse la enfermedad, la pérdida de libertad, no poder estar con nuestros seres queridos, son algunos de los factores que pueden influir en la aparición de trastornos psicológicos, reconocerlos y afrontarlos es necesario para evitar que perduren una vez termine el confinamiento y puedan volverse crónicos.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que ante situaciones como la de un confinamiento masivo es normal que puedan surgir trastornos psicológicos, su aparición no debe preocuparnos.

Los trastornos más inmediatos que pueden aparecer serían estrés agudo, ansiedad, o insomnio, para aquellos que viven solos es probable que surjan sentimientos de soledad y si la situación agrava estas alteraciones, de modo crónico podría aparecer depresión o duelo crónico en los casos en que se ha perdido a un ser querido.

¿Cómo afrontar estos trastornos? Lo primero es diferenciar sobre lo que podemos actuar y lo que no, existen factores externos que no están bajo nuestro control, la duración del confinamiento sería uno de ellos, sin embargo si podemos controlar nuestros pensamientos y las dinámicas que utilicemos.

PENSAMIENTO Y ACTUACIÓN

El estrés, la ansiedad y la depresión están fuertemente relacionados con pensamientos intrusivos, estos son involuntarios y pueden convertirse en obsesivos. En terapia solemos trabajar técnicas que ayuden a desvincularse de dichos pensamientos, actividades que focalizan nuestra atención en algo más placentero.

La situación de confinamiento no tiene porque suponer un problema para poder utilizar técnicas de desvinculación, por ejemplo, las actividades físicas son un medio de relajación, marcarse una meta y ser constantes ayudará a tener la mente más relajada y que este tipo de pensamientos se reduzcan.

Otro tipo de actividades más artísticas también son un medio para "desconectar", por ejemplo, dibujar o escribir, el fin es tener la mente en algo que nos pueda relajar y evite que estos pensamientos se vuelvan obsesivos.

¿No ser productivo es un problema? En absoluto, estas recomendaciones son orientativas, puede darse el caso de que nos relajemos con técnicas de meditación, o actividades pasivas (ver una serie, leer), lo importante sería no pensar continuamente en aquello que nos crea ansiedad o estrés.

Un sector que actualmente se encuentra en riesgo de sufrir algún tipo de trastorno psicológico son aquellos que trabajan en primera línea, el sector sanitario. El apoyo organizacional, es decir el respaldo entre el personal sanitario, es un factor protector y es importante garantizarlo, además de un apoyo psicológico.

LA SOLEDAD Y EL DUELO

El aislamiento puede hacernos sentir solos, tristes e incluso se pueden desarrollar crisis de ansiedad o pánico.

Actualmente vivimos en una sociedad que se encuentra conectada a través de las redes sociales, podemos hablar con nuestros familiares e incluso verlos por videollamadas.

La familia y los amigos son esenciales para combatir la soledad y reducir posibles alteraciones que puedan surgir, las nuevas tecnologías desempeñan un papel fundamental para quienes viven solos o se encuentran alejados de sus seres queridos.

Estar en contacto ayuda a reducir la sensación de soledad, pero una sobrecarga puede repercutir en estrés o ansiedad (por no querer fallar, por intentar formar parte del grupo), no es una obligación social, no debemos sobreexponernos a situaciones que nos hagan sentir incómodos o que veamos como una obligación, no estar continuamente conectados a las redes y fijar un momento concreto para contactar con la familia puede ayudar.

Uno de los trastornos más problemáticos que pueden surgir durante la cuarentena es el duelo mal cerrado. Este trastorno es difícil de prevenir dado que influyen factores externos. Falta de comunicación e información puede crear indefensión y miedo.

La situación puede agravarse en el futuro convirtiéndolo en duelo crónico (duelo patológico, no remite y revive la experiencia) o duelo ausente (negación, no acepta lo sucedido).

Para prevenir un duelo mal cerrado debería establecerse una mejor comunicación con las familias afectadas (tanto antes de la muerte del familiar como después), una regulación en la actuación y que las familias estén informadas sobre como se va ha actuar, además, proporcionar a las familias la oportunidad de despedirse es esencial.


Carmen Lázaro Díaz- Psicóloga Judicial y Forense
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